Alcides Castillo
La agresión contra Venezuela, en todos los frentes, sigue escalando. Desde el bloqueo genocida hasta las amenazas a diario de agresión militar, acusaciones de narcotráfico, sanciones y la guerra psicológica en forma permanente a través de los medios de difusión. Las multinacionales de la desinformación tienen un campo fértil para la manipulación, la mentira y el sesgo. El imperio y sus voceros internos y externos siguen sin descanso intentando doblegar nuestro derecho a la autodeterminación.
El gobierno que preside Donald Trump es calificado de forajido y fallido por la gran mayoría de los pueblos del mundo que rechazan las acciones criminales del imperialismo contra Cuba, Nicaragua, Irán, Siria y Venezuela en medio de la pandemia mundial ocasionada por el coronavirus letal que ha dejado sin vida a miles de personas en todo el planeta. Sobre todo, en el pueblo de Estados Unidos, que es el primer gran afectado, con miles de contagiados y decesos a consecuencia de la política errática de salud, donde la prioridad no es la vida sino la explotación y acumulación capitalista.
Los medios de difusión arremeten contra nuestro pueblo y gobierno, en un intento por esconder la verdad e intentar desviar la precaria situación sanitaria que hoy vive, la que hasta ahora es, la primera potencia mundial. Desde mediados de marzo, medios impresos como The Washington Post, The New York Times y Miami Herald, además de CNN en español “pronosticaron” en sus editoriales que nuestra patria se convertiría en el centro de la pandemia en el continente. De Inmediato el “autoproclamado” y sus secuaces, como el mercenario José Manuel Olivares, conocido como “mala praxis”, aseguraron que miles de personas serían afectados por el virus en Venezuela. Esta afirmación de inmediato fue secundada por el presidente del narco gobierno de Colombia, Iván Duque; el enloquecido mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, y otros como Sebastián Piñera de Chile; Lenin Moreno de Ecuador; y Martín Vizcarra de Perú, quienes siguiendo. A Trump han priorizado la explotación capitalista.
Pero la realidad, lamentablemente en esas naciones hermanas, es de terror, impuesta por el contagio de miles de personas y fallecidos. Se debe a que están sin ningún tipo de estructura sanitaria y, mucho menos, de seguridad social. Mientras tanto sus medios de difusión atacando a nuestro pueblo y gobierno. Y el silencio de forajido Trump es evidente.
La única solución del mandatario estadounidense ante la pandemia, es que los infectados bebieran desinfectantes para salvar sus vidas.
Hoy el imperialismo y su programa Neoliberal llegan a la encrucijada. Los pueblos tienen la palabra y la acción.
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