Alcides Castillo
El imperialismo está en crisis pero le queda algo de vida. Los fatalistas ven el estallido final como algo natural e inexorable. Son tan desesperados como aquellos “revolucionarios” que creen que el derrumbe está casi listo. La gran depresión le dio larga vida al capitalismo. Hoy ciertamente la pandemia mundial ocasionada por el Covid-19 pone en aprietos a un sistema depredador, expoliador, explotador, saqueador y criminal. El virus terminó por quitarle la careta.
Pero el coronavirus además dejó desnudó a los países satélites donde gobiernan los serviles del imperialismo. Esas naciones sufren el rigor del programa Neoliberal impuesto por el FMI, brazo financiero del gobierno de Estados Unidos, en el cual la privatización asume todo, como la salud, educación, construcción de viviendas y la recreación.
Para el capitalismo su prioridad es la economía y no el ser humano, a quien le priva de todos sus derechos y de la vida. Hoy sale a la luz pública que los supuestos sistemas de seguridad de los países del primer mundo no cuentan con un vigoroso sistema de salud ni de protección y mucho menos de seguridad social.
El pillaje entre las superpotencias es otra “curiosidad”. El robo de equipos médicos y medicinas está en el orden del día. EE.UU. roba mascarillas y ventiladores de respiración a Francia, y esta a Japón y esta nación a España y sigue la larga cadena de pillaje con Inglaterra y Alemania. Es, un todos contra todos, en medio de la pandemia mundial.
Hoy, el virus causa enorme daño a la población de Estados Unidos, que está en primer lugar con contaminados y fallecidos, pero el presidente forajido, Donald Trump, pretende levantar la cuarentena porque la economía está en peligro. Parecido planteamiento lo hacen los gobernantes del Reino Unido, Alemania y Francia.
A pesar de la gravedad de la crisis sanitaria que vive USA, Trump y su banda de criminales trabajan sin cesar para agredir a Cuba, Irán, Nicaragua y Venezuela reforzando el bloqueo genocida y amenazas de invasión para derrocar los gobiernos surgidos de la voluntad popular y erosionar su soberanía, libertad e independencia. Para esta vil acción cuenta con gobernantes fallidos y forajidos como Jair Bolsonaro (Brasil), Iván Duque (Colombia), Sebastián Piñera (Chile) y Martín Vizcarra (Perú), que tienen muertos por coronavirus en sus países, que se cuentan por centenas producto de sus políticas erráticas en todos los órdenes. Son gobiernos que asumieron el ajuste neoliberal y con el planteamiento de eliminar la cuarentena.
Así marcha el imperialismo, camino a su destrucción, pero no tan pronto, mientras que sus gobernantes títeres exponen a sus pueblos a un doloroso momento de terror y muerte.
Después de esta pandemia global debe surgir un mundo diferente, solidario entre todos los pueblos para construir el socialismo, único sistema que garantiza todos los derechos del ser humano y larga vida a nuestro planeta.
El momento que vivimos es de terror.
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