SESIÓN DE LA ASAMBLEA NACIONAL EN VIVO 7 DE JUNIO 2022


Escuchen el audio de la Sesión de la Asamblea Nacional del día 7 de junio 2022  a partir de la 12 m, a través de este enlace.


  A Zeno.FM Station

Escucha por aquí tu programa CULTURA EN MOVIMIENTO los jueves de 8 a 10 am

 

 

 

martes, 23 de junio de 2020

21 DE JUNIO. DIA DE LOS MARTIRES DE LA REVOLUCIÓN

ANÉCDOTAS DE ANACO.

LA OPERACION TITO GONZALEZ HEREDIA Y LOS PEPSI COLA.

Transcurría el año 1977, para la comandancia del Frente Guerrillero Américo Silva, que operaba en las montañas de Oriente era perentoria la obtención de documentos identificatorios, entre otras razones, porque el año siguiente se llevarían a cabo las elecciones presidenciales en Venezuela, siendo una época propicia para desarrollar una extensa campaña de agitación pública dado que nuestro país se encontraba en el ojo del huracán de la geopolítica mundial, y como era de esperarse, el gobierno de turno podía desplegar una salvaje ola represiva contra los cuadros revolucionarios, a quienes había que mover para otras regiones a continuar el trabajo clandestino con identidades falsas. De esta manera se monta la operación de asalto a la sede de la Dirección de Identificación y Extranjería de Anaco, ubicada en la avenida Miranda cruce con calle Caballero Sarmiento, sector Las Parcelas, y les correspondió a los combatientes Joel y José Zacarías conformar la célula de inteligencia y seguimiento de todos los movimientos diarios que se desarrollaban en dicha oficina; es decir, hora de apertura, llegada del personal, horarios de mayor y menor afluencia de público, sistemas de seguridad, localización exacta de equipos, materiales y cámaras fotográficas, recorridos policiales, horario de cierre; en fin, absolutamente todos los movimientos por sencillos y rutinarios que pudieran parecer.


Les tomó nueve meses recopilar la información necesaria para montar la operación, en cuyo asalto actuaron 8 combatientes guerrilleros, incluyendo dos mujeres, todos bajo el mando del comandante Marco Antonio Ludeña, un experimentado guerrillero nativo de los llanos guariqueños. 

A las 5 en punto de la tarde, que era la hora en que la oficina se encontraba prácticamente sola, porque el público ya se había retirado y los pocos empleados que había se disponían a marcharse, ya agotados, cuando repentinamente se bajan de una camioneta pick up Chevrolet, color verde oscuro, cuatro hombres y dos mujeres fuertemente armados e ingresan a las oficinas ordenando a los empleados echarse al suelo y no oponer resistencia ya que se trataba de una operación guerrillera donde nadie debía salir herido. Las dos mujeres combatientes, por cierto, ambas nativas y residenciadas en Anaco, quienes trabajaban en una conocida farmacia que quedaba (y queda aún) a solo tres cuadras del lugar, por supuesto, muy bien camuflajeadas para la ocasión, se posicionaron en sendas butacas a la entrada del local, cada una con una sub ametralladora INGRAM oculta entre las piernas. Al mando de la pick up verde que había sido hurtada en la misma ciudad de Anaco a la empresa Transporte Valeri, quedó un compañero muy atento a la advertencia que hicieran los Zacarías, en el sentido que a las 5 y 15 pm hacía su recorrido rutinario una patrulla de la Policía Metropolitana, hoy policía del estado, cuya misión era verificar que en la Identificación todo se desarrollara normalmente. Puntual cual caballero inglés hizo acto de presencia el vehículo policial, mientras los cuatro guerrilleros disponían lo necesario para cargar con las máquinas y el material de comprobantes, películas fotográficas y cédulas laminadas. Como la patrulla tipo jaula refrena al pasar frente a la camioneta verde estacionada, y un policía hace el intento de salirse de ella, el chofer de la pick up le dispara con un arma corta y se desarrolla un intenso tiroteo en plena avenida Miranda. En medio del tiroteo Marco Antonio Ludeña, a duras penas logra sacar la máquina de imprimir los comprobantes y de tomar fotos, la cual pesaba mas de ochenta kilos, detalle que no aparecía en el informe presentado por los Zacarías, porque no lo sabían, ante cuya situación tuvo que solicitar ayuda a dos compañeros que intercambiaban disparos con los policías haciendo la barrera de contención, mientras otro combatiente de la retaguardia utilizaba la esquinera y muy popular bodega de " El Negro Villarroel " como garita improvisada mientras saboreaba una helada Pepsi Cola e intercambiaba amena conversación con el bodeguero, quien, por supuesto, Ignoraba que se trataba de un combatiente guerrillero que andaba armado con una UZI, con la cual enfrentó luego a la policía, y a la Guardia Nacional cuando acudió en su auxilio. 


Los guerrilleros se abrieron paso a plomo en la retirada y tomaron hacia la parte Oeste de la avenida Miranda, hacia la escuela Narciso Fragachan; cruzaron en la calle Rómulo Gallegos, hasta donde llegaba la avenida en aquella época, a toda velocidad, para dirigirse posteriormente al Norte, hacia una pica que conducía hasta el Hato San Pedro, que entonces era conocido como el sector El Toro, o El Matadero, por encontrarse ubicado allí el Matadero Municipal de Reses. Este sector se llama actualmente Fernández Padilla. De allí se dirigieron hasta lo que se conoce hoy como el sector Valle Lindo, que no existía como tal para la época, sino algunas casas muy distantes unas de las otras donde se criaban pollos y gallinas para la venta. En el sitio donde entronca la pica con lo que hoy se conoce como la autopista, debido a una falla mecánica presentada por la camioneta Chevrolet, el comando guerrillero se vio en la necesidad de detenerse en ese cruce, sosteniendo otro enfrentamiento armado con sus perseguidores, y optan por abandonar los equipos sustraídos y emprender la retirada definitiva hacia la vía que conduce a la población de San Mateo, donde estaba ubicado un campamento guerrillero, aledaño a una estación de servicio, fuera de operaciones hace algunos años atrás. Es así como una operación que estaba pautada para durar 7 minutos duró 15, debido a lo pesado de los equipos y a la intervención inoportuna de la Policía Metropolitana.


Minutos más tarde de la retirada del comando guerrillero, y atraídos por la curiosidad al ver tanta aglomeración de personas en la mencionada esquina, que queda a apenas 4 cuadras de la casa donde me crié, un grupo de estudiantes que regresabamos del Liceo José Manuel Matute Salazar, pudimos oír de propia voz de los testigos presenciales, lo que consideraban una hazaña por parte de la patrulla rebelde, donde destacaban la manera tan fría y coordinada como se condujeron durante la operación, que hasta parecían disfrutar de la confusión que ocasionaron durante 15 minutos, en los cuales colapsaron el centro de la ciudad, de tal manera que las únicas radiopatrullas existentes en la localidad chocaron entre sí, debido al nerviosismo que invadió a los efectivos policiales y militares. 

Otra nota humorística fue la forma constante e interminable como "El Negro Villarroel" contaba una y mil veces a todo aquel que pasaba por allí, como le sirvió una Pepsi Cola al guerrillero que cargaba escondida dentro de su camisa nada menos que una sub ametralladora UZI, y como la disparaba desde su negocio, sin soltar en ningún momento el refresco gaseoso, mientras su mas cercana competencia, Roque Alfonso, quien tenía otra bodega, ubicada a apenas pocos metros de la suya, validaba los comentarios con la cabeza, como agradeciéndole al destino el hecho que el guerrillero no haya ido a calmar su sed a Abastos Alfonso. Mientras Villarroel comentaba con admiración: 

- ... educado y bien vestido el hombre, hasta me parece conocido. 

Yo elucubrando, me atrevo a asegurar que fue a partir de esos acontecimientos que a los Villarroel, que son gente muy honorable y trabajadora, aficionados del béisbol, comenzaron a llamarlos en el pueblo "Los Pepsi Cola".

Esa manzana del sector Las Parcelas, donde se desarrollaron los acontecimientos estaba habitada por varios combatientes clandestinos y algunos legales, de partidos y movimientos de ultraizquierda, tomando en cuenta que los hermanos Zacarías vivían al final de la calle Martí. Al final de la avenida Miranda vivía el comandante Camarita, Alejandro Velasquez, cuarto comandante del Frente Guerrillero Américo Silva, y único comandante sobreviviente de la masacre de Cantaura, ocurrida el 4 de octubre de 1982, a quien correspondió dirigir la retirada de 17 guerrilleros sobrevivientes. 

En la parte trasera de La Identificación, como era conocido el SAIME en aquel entonces; es decir, en la calle Arismendi, vivían el camarada, hoy colega abogado, Dr Oswaldo Pino y su hermano José, máximos jefes en Anaco del partido de ultraizquierda Liga Socialista, fundado por Jorge Rodriguez, el cual mantuvo un brazo armado llamado Organización de Revolucionarios (OR). Oswaldo, además era miembro destacado del Movimientos de Estudiantes en Unidad con el Pueblo (MEUP), en la Universidad de Oriente (UDO), Puerto La Cruz, donde estudiaba.

Frente con frente a la casa de Oswaldo Pino y su esposa, también militante de la LS, vivía la familia del combatiente del FAS Luis José Gomez (POMPONIO), fallecido durante la masacre de Cantaura.

Y unas cuadras mas al Este vivía el jefe del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en Anaco, hoy ingeniero Angel Narvaez (Taradeo).

Igualmente las dos combatientes que actuaron en la operación, y otros cuadros militares muy importantes cuyos nombres debo necesariamente omitir por razones de seguridad que aún persisten. 


Días después de estos acontecimientos tanto Joel como José Zacarías fueron detenidos y ruleteados por distintos lugares que fungían como pequeños, pero igualmente tenebrosos teatros de operaciones antiguerrilleras, ubicados en el eje Anaco-Santa Rosa-San Mateo-Aragua de Barcelona-Zaraza. A Joel le tocó la peor parte porque fue mantenido como preso político en el Departamento de Procesados Militares de la Cárcel de La Pica, en Maturín, durante año y medio, hasta que fue indultado por Luis Herrera Campins.


Los hermanos Zacarías actualmente son efectivos de la Milicia Nacional Bolivariana, donde gozan del afecto y admiración del colectivo y de todo el movimiento revolucionario nacional. 


ENTRE MECHURRIOS Y BUCARES, BREVE HISTORIA DE ANACO. RAFAEL HURTADO BRAVO. TERCERA EDICIÓN. EDITOR ING EDGAR SIFONTES, PDVSA PETROMONAGAS. OCTUBRE DE 2017.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

TUCOMUNARADIO AUDIO